martes, 4 de marzo de 2008

Casey Jones y Raphael



Tal vez algunos conozcan el fenómeno de Las Tortugas Ninja Adolescentes, una creación más del genial Jim Henson. La serie televisiva del mismo nombre tuvo bastante éxito y las películas también fueron del gusto de miles y miles de niños y adolescentes. La serie tal vez era demasiado ligera para una propuesta de personajes dedicados a las artes marciales, pero curiosamente funcionó para bien o para mal, aunque una gran mayoría de aficionados deseaban algo más de violencia, cosa que nunca ocurrió.

Ya había pasado la moda de esas tortugas dedicadas de manera absurda a las artes marciales y al consumo indiscriminado de pizzas patrocinadoras de la serie televisiva y del videojuego; ya nadie recordaba sus absurdas aventuras y prácticamente los niños aficionados a las artes marciales ligeras habían crecido y buscaban algo más para llenar sus ansias violentas con otros personajes y aventuras.
Un buen día un autor de nombre Kevin Eastman se le ocurrió retomar a esos personajes aunque solamente tomó al que supongo era el favorito de una gran mayoría de aficionados a las Tortugas Ninja (tal vez por que era la más violenta del grupo de tortugas) e hizo renacer al personaje que hacía los chistes malos, las gracejadas y quien se quedaba con la chica en alguna de las películas de dichas tortugas adolescentes un tal Casey Jones quien realmente no tenía ni razón de ser en la película pero Eastman era el autor de ese desaguisado así que podía hacer lo que quisiera…aunque en esta ocasión afortunada acertó por que de ser un simple patán con suerte fue transformado en un violento e insensible peleador callejero, un verdadero personaje.

Kevin Eastman buscó al mejor de los historietistas e ilustrador de Fantasía, Simon Bisley y ambos recrearon el mundo de las Tortugas Ninja de forma más violenta y más adulta. Desde las primeras escenas nos damos cuenta de que la historieta ya no es un cómic para niños y de manera desgarradora nos va conduciendo a una aventura en donde los disparos, los golpes, explosiones y las vísceras saltan de manera estruendosa. La historieta va creciendo de forma vertiginosa y nos muestra el mundo de la mafia casi yakuza, casi italiana, casi latina de algún lugar de Los Ángeles en California.
La presentación de personajes es evidentemente explícita y sus características son reconocidas de inmediato, el cómic corre a velocidad pasmosa, así que casi no hay momento de ver detalles…la sangre corre a borbotones y las explosiones llenan cada cuadro y cada escena, la historia no es absurda, tampoco seria, no es infantil pero tampoco intelectual. Es casi una película de acción de algún director chino de películas de artes marciales pero con esos toques artísticos que nos hacen pensar en que no estamos frente a un divertimento de adolescente simplón.

La serie se publicó por primera vez en editorial Mirage en octubre de 1994 pero por alguna razón desconocida solamente salió el número uno de una serie de cuatro. Afortunadamente la editorial Image tomó en serio el proyecto(al cual se le cambió de nombre: Bodycount; si les interesa búsquenlo con ese nombre en esa editora), lo publicó y lo volvió un éxito comercial dentro de lo que se denomina Miniserie en la industria del cómic. Hoy es un clásico de las historietas de acción. Tal vez algunos repudien este tipo de cómics pero tal vez si lo leen comprenderán que algunas de esas historietas de violencia tienen su valía e importancia dentro de la industria del Cómic.
El autor es Kevin Eastman, el ilustrador y entintador Simon Bisley; así que si más de uno duda en las capacidades de éstos dos autores pues entonces que siga leyendo Superman o alguno de esos personajes que pueden pasar desapercibidos en ciertos momentos (no pongo en tela de juicio la importancia que tiene Superman en el cómic, que conste!!). La editorial, Image el año 2000 (aunque la obra original es de 1994) y tal vez puedan conseguirla en la misma editorial o en alguna venta de cómics semi antiguos, el idioma es inglés (aunque es inglés barrio, o inglés vulgar) y para quienes disfruten la violencia extrema o las películas de acción esta colección de cuatro volúmenes será un deleite.

Para conocedores del cómic de acción y para quienes deseen algo más que divertimentos de papel y tinta.


IRAM de la Rochefoucault

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