domingo, 25 de enero de 2009

KRULL



Una de mis películas favoritas ¿por qué? No sé, me gusta y me fascina la fantasía y ésta película es totalmente y absolutamente Fantasía pura y clásica. Una princesa, un héroe, un grupo de malévolos demonios, un monstruo que tiene cautiva a la princesa, espadas, pistolas de rayos, seres mágicos ¿Qué más puede pedir un fanático de lo fantástico? Y Krull tiene todos estos elementos sin ningún prejuicio…

En todos los aspectos es una película completa si se es seguidor de la fantasía, de hecho no nos importa si parece más que película una obra de teatro con escenarios de cartón y pinturas sobre telas; sí, si es evidente que la producción no era precisamente enorme, pero la película entretiene y deja a los buscadores de fantasías con buen sabor de boca…al menos en mi caso es así; no por nada es de mis diez películas favoritas; y por eso la recomiendo ahora.

Krull se realizó en 1983 bajo la dirección de Peter Yates, director de algunos capítulos de la vieja serie de los años sesenta “The Saint”, de una clásica de título “Bullit” (1968) de una cinta de culto como “The Dresser”(1983) y una simpática y casi conmovedora “Elena”(1985), entre otras; interpretada por el actor inglés Ken Marshall que no realizó mucho o al menos algo trascendente, una bella Lysette Anthony, un veterano Freddie Jones y el en ese entonces principiante Liam Nelson. La historia es original de Stanford Sherman y la épica música va de parte de James Horner.

La historia es de lo más simple y fácil de comprender: Una princesa de un planeta extraño y lejano es raptada el día de su boda por un grupo de demonios con tecnología de origen desconocido e increíble. El novio de la princesa, un heroico, audaz y guapo príncipe intenta rescatarla pero sus esfuerzos resultan inútiles y la princesa es encerrada por el líder de los demonios, un monstruo enorme, viscoso y malévolo quien tiene muy malas intenciones con la susodicha. El heroico príncipe armado sólo de su habilidad y un arma mágica en forma de estrella va en rescate de su amada y en el camino se encuentra con varios aliados con habilidades extraordinarias que le ayudarán a conseguir su objetivo. El final es obvio y previsible, pero qué maravilla de entretenimiento y goce fantasioso.

La historia se va armando casi de casualidades y el camino de los aventureros estará repleto de peligros y retos fenomenales. La actuación y aparaición de Bernard Bresslaw como un ciclópeo guerrero da ese toque de magia nostálgico y ese vuelo de los caballos de fuego acompañado de las notas épicas de James Horner hacen que la emoción vuele y la imaginación estalle. No sé, tal vez la película resulte para muchos una grosería y demasiado mala, o quizás estén de acuerdo conmigo sobre el mundo de la fantasía, pero de que es casi obligada para quienes amen lo fantástico eso sí es evidente.



Vean Krull, disfrútenla u ódienla, pero que no pase desapercibida y sobre todo no olviden que la fantasía es algo necesario para que la realidad no nos gane y nos hunda en sus grises y monótonas vísceras rutinarias y aburridas.
Vean fantasía, y si no saben por dónde empezar intenten con Krull.


IRAM de la Rochefoucault

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