miércoles, 30 de septiembre de 2009

Mi vieja Guerra, cuánto te hecho de menos…



Las crónicas bélicas son en sí mismas muy interesantes por que resultan mucho más ilustrativas para los que deseen encontrar detalles y aspectos que en los libros de historia se omiten o se ocultan. La crónica de guerra hecha por los participantes resulta interesante, pero la visión de un reportero de guerra puede ser un tanto más interesante ya que ver un evento desde el punto de vista neutral puede hacernos ver precisamente el punto medio de un conflicto.

La guerra de los Balcanes ha sido la guerra más cruenta que ha existido en lo que guerra contemporánea se refiere, ni los eventos de Irak han sido de tal crueldad y tal profusión de odio por parte de ambos bandos. Es una guerra que desde los años de la Primera guerra mundial ya se vislumbraba. Pero no fue hasta los años 90 que este evento se hizo realidad para horror del mundo.


Esta obra es una crónica de guerra desde el punto de vista de un reportero de guerra, un reportero que arriesgó la vida para poder registrar todo lo que pudo observar y plasmarlo en letras y así mostrar al mundo que no era solamente un evento bélico sino una vuelta al bestialismo por parte del ser humano, ese ser que cree ser el centro del universo.

El evento de Bosnia-Herzegovina fue una serie da batallas en las que la eliminación racial y cultural era, al parecer, el objetivo principal, ambos bandos buscaban sobre todo destruir todo vestigio de uno y otro grupo. La ONU no pudo hacer nada, y tampoco se atrevieron a hacer una entrada “heroica”, nunca valió la pena ir a salvar a esa gente, parece. O tuvieron miedo a las represalias, o el interés económico no era llamativo para esos países que van a “salvar al mundo”. El caso es que la guerra de los Balcanes tuvo muchas razones para comprender que la lucha racial y cultural es lo más bestial que puede ocurrir en la historia de los países que se llaman civilizados.


El autor; Anthony Loyd, nos cuenta una serie de anécdotas que van de la crudeza excesiva a la descripción poética de hechos de guerra y actos deshumanizados.

No nos cuenta la guerra desde un punto de vista inactivo y frío, sino desde el primer plano, desde el centro del conflicto y desde los dos puntos de vista. Nos describe la ciudad, o al menos lo que alguna vez fue una ciudad; nos describe a la gente, o lo que alguna vez pudo haber sido gente. Y sobre todo describe con detalle angustiante y mórbido. Es una obra que deja la sensación de que el ser humano no es más que un instrumento de sus pasiones y una bestia si así lo decide.

El libro no está escrito como Parte de guerra, es una obra que más que nada ofrece al lector la crónica de los crueles hechos de guerra de manera un tanto novelada.

Como documento histórico es una maravilla, por que así podremos internarnos en uno de los conflictos bélicos que han dejado huella en el mundo contemporáneo.

Una obra que no puede pasar desapercibida para quienes quieran saber la Historia que se ha escrito en los últimos 50 años, una obra que ofrecerá a los futuros lectores una visión de lo que el hombre ha hecho en contra de los seres de su propia especie.


Mi vieja guerra, cuánto te hecho de menos, título original : My war gone by, I miss it so, el autor es el periodista Anthony Loyd, editorial Lumen, año 1999.

Es una crónica de guerra de proporciones maravillosas y algo que dejará huella en cada lector.


Para quienes gusten de la Historia, y para quienes se quieran empapar de historia contemporánea.


IRAM de la Rochefoucault

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